miércoles, 17 de abril de 2013

La revolución empieza en el cuerpo...

Acabo de ver un vídeo en el que un retratista forense realiza el siguiente experimento sobre la percepción que tenemos las mujeres sobre nuestros propios cuerpos:

El retratista dibujaba mujeres - sin verlas en ningún momento pues había una cortina que así lo impedía - y lo hacía dos veces: una siguiendo la descripción que hacía la propia mujer de sí misma y la otra siguiendo la descripción que realizaba otra mujer de esta primera. Por supuesto, los dos retratos no se parecían en nada: el primero reflejaba la dureza de nuestra crítica hacia nosotras y el segundo cómo nos ven  los demás, más ajustado a la realidad.

Lo que más impresiona del vídeo es el momento en el que cada mujer visualiza ambas imágenes y se da cuenta de cuán distorsionada es su autopercepción.

Es este un tema recurrente, se reitera una y otra vez, pero creo que hasta que no nos enfrentemos cada una de nosotras a nuestra problemática con el cuerpo no conseguiremos avanzar. Vayamos por donde vayamos al final nos toparemos con el cuerpo y con esta relación tan nociva que tenemos con él.


Creo de corazón que la revolución femenina empieza por el cuerpo, sin cuerpo no tenemos nada.  ¿Acaso nos paramos a reflexionar cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo y cómo lo castigamos?  Nuestro cuerpo no deja de ser objeto de sexualización y esto nos hace colocarnos en un lugar muy complicado porque siempre se nos está juzgando por nuestra imagen. Esta dura crítica externa hace que tras los años lejos de estar reconciliadas con nuestro cuerpo, lo que hagamos es odiarlo, no estamos a gusto en él, nos sentimos atrapadas en un cuerpo que no queremos. Pero acaso nos preguntamos ¿qué cuerpo quiero? ¿a quién quiero complacer con mi imagen corporal?

Todo esto nos rompe por dentro y en muchas ocasiones nos vemos recogiendo los trocitos rotos para recomponernos de nuevo por dentro. Sin embargo, ya pasó el tiempo de sentirnos fuera de nuestro cuerpo, desposeídas, desapropiadas....Nuestro cuerpo es nuestro. Si no pensamos y creemos verdaderamente en ello ¿qué será de nosotras? ¿cómo responsabilizarnos de un cuerpo que no es nuestro, de un cuerpo que pretende obeceder a los deseos de lxs demás? Nos debemos a nosotras mismas amor y qué mejor manera que empezar a amar cada célula de nuestro cuerpo. No veo otra manera de revolucionar el mundo que amando nuestro cuerpo.

Simplemente parémonos a observar los mensajes diarios y automáticos que lanzamos constantemente contra nuestro cuerpo, ese desamor nos mantiene alejadas y disociadas de nuestro hermoso cuerpo.

¿Os imagináis qué pasaría si las mujeres pasáramos de odiar a amar nuestro cuerpo? ¿Qué pensáis que pasaría?

Yo creo que sería brutal, se abriría un nuevo paradigma...Mujeres amando sus cuerpos, mujeres honrando sus curvas, mujeres respetando sus templos.....Mujeres libres en definitiva, con fuertes lazos con su cuerpo y con la Tierra.

Hermanas, la REVOLUCIÓN EMPIEZA CON AMOR HACIA NUESTRO CUERPO.